El restaurante La Cañada, en Boadilla del Monte, puede resumirse con estas 4 palabras en verano: parrilla, cocido, terraza y eventos
Restaurante La Cañada, en Boadilla del Monte (Madrid)
El restaurante La Cañada es uno de esos restaurantes de toda la vida —inaugurado en 1970— en Boadilla del Monte que, inexplicablemente, no he visitado por primera vez hasta hace poco. Y digo inexplicablemente porque trabajamos ‘a una rotonda’ de distancia de La Cañada, en una zona donde no hay ningún sitio donde comer al que puedas ir andando y los compañeros de trabajo siempre acabamos yendo a la zona más masificada de Boadilla con las molestias que eso conlleva. ¡Ya no más!
El restaurante La Cañada es un caserón inmenso en medio de la nada con todo el aparcamiento privado que necesitas para que eso te facilite las cosas a la hora de decidir venir aquí. Y está rodeado de jardines privados y vegetación más allá de sus muros para que comer tranquilamente también haga que el sitio gane muchos puntos.
Y tiene terraza, que ahora con el calor que hace se disfruta más por las noches.
En cuanto a la oferta gastronómica de La Cañada, la mayoría de sus platos son de corte tradicional, salvando alguna modernez, y ellos mismos dicen que son expertos en cocido madrileño y asados.
La parrilla del restaurante La Cañada
Después de la primera visita al restaurante La Cañada vinieron unas cuantas más atraídos por su parrilla, es una de las formas de cocinar que más disfrutamos.
Carnes maduradas y pescados frescos de la máxima calidad pasan a diario por sus brasas, y tantos años a los mandos de ella hace que todo venga a la mesa con el punto que pides. Los pescados que suelen trabajar son piezas grandes, normalmente para compartir entre un par de personas y frescos, en esta casa no congelan nada (salvo los que sirven crudos como exige la ley).
Por desgracia, los que amamos tanto la comida preparada a la parrilla tenemos que conformarnos con hacerlo durante el día, por la noche la carta cambia y la parrilla no está en funcionamiento.
La terraza del restaurante La Cañada
Que el restaurante esté en medio de la nada lo hace ideal para venir a picar algo más relajado que hacerlo en el centro. Su terraza elevada y la orientación te permitirá disfrutar de atardeceres preciosos.
Ahora mismo, si no quieres morir de calor, irás por la noche a disfrutar de su carta de pintxos y platos pequeños (la mayoría de ellos). Ojo, que si lo que quieres es comer platos de su oferta diaria no será un problema, muchísimos de los platos de la carta de día de La Cañada también están en la carta de noche, pero en otro tamaño.
Una carta más informal pensada para compartir y con un ticket medio más económico que la carta de día también.
Cocido madrileño y asados del restaurante La Cañada
Poco o nada podemos deciros de momento de sus cocidos y sus asados salvo por cómo huele el restaurante al entrar y la fama que tienen. Aunque un cocido a nosotros no nos achanta ni en agosto, que la parrilla funcione solo durante estos meses de calor hace que no queramos gastar una bala pidiendo un cocido cuando vamos a La Cañada.
Entrar al restaurante La Cañada es toparse con su cocido madrileño lo primero de todo, es ahí dónde los cocinan en jarras individuales con madera de encina, salvo estos meses de calor que los cocidos los preparan en el interior. ¡Imaginad el olor nada más entrar! Y sí, los hacen durante todo el año, otro punto a su favor para los que podemos con un cocido madrileño cualquier día del año.
Casi estamos deseando volver de vacaciones a la oficina para dar buena cuenta de uno de sus cocidos y de alguna pierna de cordero al horno. Bueno, deseando no, pero si hay que volver que sea disfrutando ;)
Eventos en La Cañada
La Cañada lleva toda la vida preparando eventos de todo tipo, es imposible no ver una de sus carpas si das una vuelta por la finca. De nuevo, una opción muy interesante por su localización con fácil aparcamiento justo enfrente del restaurante. Y no deben hacerlo mal viendo las opiniones de la gente.
El restaurante La Cañada tiene demasiadas cosas a su favor como para no hacerles al menos una vista y disfrutar de todo lo que ofrecen, y no cierran en agosto