Hay veces que los planetas se alinean y la velada es, simplemente, perfecta. Muy buen servicio, mejor compañía y platos deliciosos que sin duda no tardaremos en volver a disfrutar.
Llevaba tiempo con antojo de comer mejillones y una oferta de este restaurante belga se cruzó en nuestro camino (¿qué decía antes de la alineación de los planetas?), le echamos un vistazo a la carta y, antes de ir, supimos que necesitaríamos más de una visita para probar todo lo que nos apetecía si la primera visita resultaba satisfactoria. ¡Madre mía que si lo fue!
El restaurante tiene una pequeña barra nada más entrar, era pronto para cenar y decidimos tomar unas cervezas para hacer tiempo. Con las cervezas nos sirvieron unos aperitivos no sólo deliciosos, también bonitos, de los que seguimos disfrutando durante toda la cena porque no pararon de servirnos delicias en miniatura.
Rillettes du Mans
Pasamos al restaurante, íntimo, con música de arpa sonando de fondo y velas en todas las mesas. Por desgracia, la música acabó sacándonos de quicio a los que allí estábamos cenando vistas las bromas al respecto y miradas cómplices de unos y otros. Y si tengo que ponerle otro ‘pero’ al restaurante es que las mesas están demasiado juntas, por suerte era pronto y entre semana y sólo estábamos comiendo 3 parejas bastantes separados los unos de los otros; no creo que se me ocurra ir por allí un fin de semana, por si acaso se llena.
Nada más sentarnos empieza el desfile de comida y bebida en miniatura a cada cual mejor: mini panes variados, mini aperitivos variados, crema de mejillones (¡madre mía cómo estaba esto!), mantequilla al tomillo (¡altamente adictiva!) y un combinado de Triple Seco delicioso.
Triple Seco
Mantequilla al tomillo
Crema de mejillones con tomate y cebolla fritos
En cuanto a la cena, compartimos un entrante y un plato principal y luego cada uno dio cuenta de una olla de mejillones. Fuimos a tiro hecho, cuando le echamos un vistazo a la carta antes de ir, un par de platos de los que somos ultrafans llamaron nuestra atención y dejamos de leer: caracoles y steak taratre.
Caracoles gratinados con ajo, tomate y albahaca. ¡Sublimes!
Steak taratre a nuestro gusto, ¡delicioso! Tuvieron el detalle de servirlo en 2 platos en vez de poner uno en el centro.
Los mejillones no podían defraudarnos, no en un restaurante belga, y menos después de cómo iba desarrollándose la cena. Es un plato sencillo de cocinar dónde sólo importa una cosa, la calidad de los mejillones. Mejillones pequeños pero sabrosos, decidimos pedirlos guisados con nata y vino blanco por un lado y con cerveza por otro. Sabores muy distintos y buenísimos en ambos casos. Como tampoco podía ser de otra forma, vienen acompañados con patatas fritas, y éstas con mostaza fuerte, mayonesa y ketchup.
No podíamos comer más, pero tampoco podíamos irnos sin probar un postre ^^ Decidimos compartir un tiramisú que sonaba bien y que supo mejor. En el plato había una reducción de Licor 43 y, además, venía acompañado con un pequeño frasco lleno del mismo licor, por si queríamos alegrarlo más. ¡Y vaya que si lo alegramos! :)
Comimos como si no hubiera mañana y salimos por poco menos de 90 € dos personas, pero la cena realmente se nos quedó en 60 € por ese descuento del que hablaba al principio. Y cuando creíamos que por fin habíamos acabado… ¡trajeron otro mini postre con la cuenta!
Atelier Belge también ofrece varios menús de degustación con maridajes de cerveza o vino, además de otros tantos platos de la carta que suenan a gloria. Como decía al principio, ésta ha sido sólo la primera visita de varias que haremos sin lugar a dudas.
RESTAURANTE ATELIER BELGE Martín de los Heros 36 – Madrid Tel.: 915 597 503
2 comentarios
¡Me fascina que todo sea mini! :D Ahora, eso sí, tiene todo una pinta maravillosa. Menos mal que los mejillones vienen con patatas (como es tradicional) porque al no verlas en la foto casi me da una parada cardiorrespiratoria ;)
Mini y gratis :) Me encantó el sitio, ¡volveré pronto! ¡Y el 30% de dto. es otro puntazo!