El menú SOMOS del restaurante Cebo, dentro del Hotel Urban en Madrid, es un paseo por platos muy sabrosos donde el protagonista principal es la técnica
Hotel Urban, en Madrid
Pasar por su terraza es casi obligatorio, un remanso de paz en pleno centro de Madrid donde poder disfrutar de unas bebidas tranquilamente. El otro punto caliente gastronómico del Hotel Urban es Glass Mar, un restaurante más informal que Cebo donde poder disfrutar de la cocina del triestrealldo Ángel León.
Restaurante Cebo
Tres años queriendo ir al restaurante Cebo, desde que abrió por las opiniones de amigos con los que comparto gustos gastronómicos, y el tenerlo tan a mano a veces hace que te centres más en conocer otros restaurantes gastronómicos que los que tienes en tu propia ciudad. Precisamente fue una parada en su terraza para tomar un vermú lo que hizo que nos quedáramos a comer.
Menú Somos CEBO del restaurante Cebo
A las puertas del verano, y sabiendo que cierran durante todo el mes de Agosto, nos decantamos por el Menú Somos Cebo, el de temporada que ofrecen ahora mismo. Y decimos temporada por la frase con la que arrancaba esta entrada: el protagonista principal es la técnica.
Hay restaurantes que defienden el producto de temporada; otros lo que les rodea, su tierra o su mar; el discurso de otros pasa por fusiones con las cocinas de otras regiones, con las del lejano Oriente sobre todo. El restaurante Cebo, o más bien su chef —Yeyo Morales—, elaboran platos muy técnicos donde no hay más hilo conductor que ése y la intensidad de sabores de todos ellos.
El Menú Somos CEBO es largo, 14 pases precedidos por unos pequeños bocados salados y que termina con otros tantos pequeños bocados dulces. Viendo el menú, no sé en qué momento nos llegó la croqueta de callos a la madrileña porque no aparece por ningún lado, te gusten los callos o no… ¡pídela si vas y no la ves en el menú! Porque, ¿a quién no le gusta mojar pan en la salsa de los callos aunque no le gusten? Pues eso es esta croqueta, ¡pero mejor!
La parte salada del menú sigue con 4 entrantes, 2 arroces, 2 pescados y 2 carnes. En menús tan largos es fácil decantarse por algún plato como favorito e incluso descartar alguno que no te haya emocionado, pero no es éste el caso.
Todos los platos eran impecables, puntos perfectos de todos sus ingredientes, sabores reconocibles, buenas cantidades para disfrutar de varios bocados de cada uno de ellos; eso sí, los arroces eran deliciosos, especialmente el alicantino de sepia con crujiente de salmorreta.
El menú Somos CEBO termina con 2 prepostres, 2 postres y una sucesión de pequeños bocados dulces. La galleta cítrica de los prepostres será la que nos dejó el mejor recuerdo dulce.
Maridaje del menú Somos CEBO
Nunca hemos sido grandes bebedores de vino —no hemos sido bebedores de vino en absoluto—, y de un tiempo corto a esta parte nos estamos dejando querer. Por ese motivo no solíamos coger los menús con maridaje, cosa que ahora sí solemos hacer, ¡y vaya si lo estamos disfrutando!
Jacinto Doménech, sumiller del restaurante Cebo, es otro de los culpables por lo que nos fuimos con tan buen sabor de boca de este restaurante, tanto por su amabilidad como por lo que nos hizo disfrutar. Y Blanca, tampoco queríamos despedir esta entrada sin recordarla a ella, otra de las responsables de que nuestra experiencia en el restaurante Cebo fuese perfecta.
Más Cebo, Menú Nuestros Clásicos
En la entrada anterior hablamos del restaurante Trigo en Valladolid y decíamos «¿cuál es esa señal que hace que tengas claro que el restaurante en el que estás te ha enamorado? En nuestro caso es el momento en el que sacamos el móvil para consultar la agenda y ver cuándo podemos volver y reservamos estando aún a mitad de la comida». Pues eso es lo que nos pasó en el restaurante Cebo y ya tenemos nuestra reserva hecha para la vuelta del verano.