La decadencia de Chess Café @ Madrid

Me cuesta clasificar a este local, es una mezcla entre cafetería y restaurante con una carta con claras influencias norteamericanas: grandes ensaladas, sandwiches, hamburguesas, batidos, etc. La carta es enorme, tienen una grandísima variedad de productos, con ligerísimas diferencias entre unos y otros pero muchas veces esas tonterías marcan una diferencia. Lo que ya no es tan grande desde hace tiempo son los platos.

Chess Café hoy sólo es una sombra de lo que fue ayer y no me gusta nada en lo que se ha convertido. Las raciones van menguando con el paso de los meses y los precios van creciendo.

Pero los cambios más drásticos los han hecho durante el último año.

• Antes tenían unos menús bastante interesantes, sandwiches, hamburguesas, pitas y similares con bebida y patatas fritas a un precio atractivo. Hace tiempo que desaparecieron de la carta.
• Durante una temporada dieron las cartas sin precios, lo nunca visto, y como imagino que acabarían hartos de que la gente se las devolviese y pidiesen las que sí tenían precio volvieron a poner cartas normales. Debieron de pensar que somos idiotas y el precio nos daría igual, ¡para qué molestarnos con tanto número! Si veían a una persona haciendo fotos a las cartas se cabreban, decían que no estaba permitido y la cambiaban por una con precio; pues eso, que debieron de pensar que éramos idiotas XD
• Los últimos cambios hacen que me plantee no volver más a ese sitio: los platos cada vez tienen menos ‘chicha’ y más lechuga y ya vienen sin patatas fritas. ¿Pagar sólo por 4 hojas de lechuga? ¡JA!

¡Y qué decir de su magnífico servicio de camareros! No quiero ni pensar lo que pagarán a su personal para que semejantes ineptos trabajen allí. Conozco bien los 2 locales y sólo puedo hablar bien de una camarera de Conde de Peñalver. Y el tiempo de espera desde que llegas hasta que eres atendido es… sin palabras.

La última vez que visité el de Embajadores, estando yo sólo en el local, la camarera que decidió preguntarme qué quería lo hizo desde detrás de la barra, a grito pelado, estando yo a unos 5 m de ella. Ni me molesté ni en girar la cabeza para responderle y esperé a que se acercase a la mesa. Y eso fue a los 5 minutos de haberme sentado, estaba ocupada de risas con otra compañera, que para eso les pagan.

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Eso es lo que pagué por 2 sandwiches (con mucha lechuga y poco pollo) con 2 bebidas, no digo más.